"¿Te has preguntado
alguna vez si una ciudad puede hacerte feliz? No los edificios o las tiendas,
ni siquiera las personas, pero algo que hace esta ciudad lo que es, un lugar
único, con una esencia misteriosa que es como una personalidad o el carácter de
un ser humano. Algo que no puede ser simulado o imitado, que no necesita
pretender ser algo más. La forma en que ella camina; el sonido de su voz; la
forma en que sacude la cabeza; los gestos de sus manos. Las ciudades son
individuos como las personas, fusiones de lo material y lo espiritual. Ellas no
son simples paquetes de transacciones o grupos de gente que no tiene relación
entre si. ¡Ellas viven!
Y a continuación nosotros
caminamos en esta ciudad, yendo de espacios privados a espacios públicos, y de
regreso, atravesando los umbrales y entrando en los espacios compartidos de la
vida urbana, creando patrones de vida a nuestro gusto. ¡Laberintos de
posibilidades!
Nos perdemos en nosotros
mismos, en las calles y en las esquinas y entre nuestros compañeros ciudadanos;
y, justamente cuando nos perdemos, nos encontramos a nosotros mismos y
encontramos la felicidad. Este no es un destino, es una invitación.
¡Ven, camina conmigo y sé mi
amor!"
No era un texto fácil de leer
porque se encontraba a lo largo de una gran galería, pero la satisfacción de
leerlo era encontrar en él un espacio de reflexión sobre nuestra interacción
con esa ciudad donde vivimos o a la que visitamos y que simplemente usamos para
que nos provea de nuestras necesidades.
Esta instalación fue creada
por el colectivo de artistas Blue Republic de Toronto que se caracteriza
por sus montajes a gran escala con temas filosóficos que llevan a la audiencia
a interactuar con la obra. En este caso específico invitaron al filósofo, autor
y crítico social de la universidad de Toronto, Mark Kingwell para que
construyera la reflexión.
Una novedosa forma de arte interactivo que nos involucra con la obra y nos cuestiona sobre su significado mientras caminamos por encima de ella.
Después de ver esta propuesta los invito a reflexionar sobre la forma en que interactuamos con nuestras ciudades y a buscar la forma de cuidarlas y de protegerlas para que en el futuro muchos puedan disfrutarlas.
Publicado por Claudia Fierro
Es increíble ver cómo manejan el arte para involucrar a las personas, me pregunto si muchos se detuvieron a pensar qué era lo que había en el piso o si símplemnte lo dejaron pasar.
ResponderEliminarYo me preguntaba lo mismo el día que estuve allá y observando a la gente pienso que muchos lo dejaron pasar, lo que es realmente desafortunado.
ResponderEliminarEs una buena manera de enfocar el Arte hacia las Ciudades en que habitamos , nos hace reflexionar acerca de las distintas maneras de cuidarlas y quererlas ,ojala todos tengamos conciencia y aprendamos a apreciar y cuidar en lugar donde vivimos.
ResponderEliminarPatricia muchas gracias por tu comentario, valoro mucho tu punto de vista sobre la necesidad de cuidar y querer nuestras ciudades
ResponderEliminarTuve la oportunidad de estar allí y pienso que la instalación permite total interacción entre el espectador y la obra, invitándome a conocer el espacio circundante.
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